Luxación patelar o rotuliana en los perros: Prevención y tratamientos

Si observas que tu perro avanza dando saltos o corre a tres patas y luego vuelve a desplazarse con normalidad, es posible que sufra una luxación rotuliana o patelar (el hueso de la rótula se denomina patela, de ahí el nombre).

De hecho, la luxación rotuliana es una de las causas más frecuentes de cojera en las extremidades posteriores de los perros. Los más afectados son los perros de raza pequeña, aunque cualquier raza puede sufrirla.

El diagnóstico precoz es muy importante, para prevenir que la afección se agrave y el perro acabe desarrollando una cojera permanente, que podría derivar en artrosis. Actualmente, existen diversas técnicas que permiten tratar la luxación de tu perro de manera adecuada, con un pronóstico favorable en la mayoría de los casos. El riesgo de complicaciones se refiere a la recurrencia de la enfermedad y en caso de tener que realizar un implante, las complicaciones asociadas.

¿Qué es la luxación patelar o rotuliana?

Una luxación es un desplazamiento o dislocación de un hueso. En este caso, se trata de la rótula, que está colocada sobre un surco en el extremo del fémur, denominado surco troclear, por encima de la rodilla y debajo del ligamento rotuliano.

Este ligamento une los músculos del muslo y forma parte del aparato extensor de la rodilla, transmitiendo la fuerza producida por la contracción del músculo cuádriceps y tirando de la tibia, con la consiguiente extensión de la rodilla, que se desliza hacia arriba y hacia abajo en su surco.

Cuando los músculos del muslo se contraen, la fuerza aplicada a la rótula tira de ella hacia el interior de la rodilla. Después de varios meses o años de este movimiento anormal, la cara interna del surco del fémur puede desgastarse. Una vez que esto ocurre, la rótula queda libre para dislocarse o deslizarse hacia el interior de la rodilla.

Al producirse una luxación de la rótula, el perro encuentra dificultades para soportar el peso de la pata. Aunque no siempre muestra señales de dolor, es posible que de patadas hacia un lado, porque de esta manera la rodilla se hiperextiende y la rótula vuelve a su posición normal.

Dependiendo de la manera en que se produzca el desplazamiento de la rodilla, la luxación puede ser medial o lateral. La luxación medial es más habitual que la lateral y es necesario que el veterinario realice una exploración física que le ayude a determinar la gravedad de la luxación y el tratamiento más adecuado para ella.

Existen varios grados de luxación rotuliana, que van desde una forma leve, en la que la rótula solo se disloca cuando se aplica fuerza directamente sobre ella, pasando por una luxación moderada en la que la rótula se sale con frecuencia, hasta una luxación grave, en la que la rótula puede estar dislocada la mayor parte del tiempo.

En los perros afectados, una o ambas rótulas pueden luxarse, a veces en distinto grado. Aproximadamente el 50% de los perros afectados tienen ambas rodillas afectadas, mientras que el otro 50% sólo tiene una rodilla afectada.

¿Qué tipos de luxación rotuliana puede sufrir mi perro?

La luxación rotuliana suele tener causas genéticas, y afecta con frecuencia a perros pequeños con patas arqueadas. También puede producirse como consecuencia de un traumatismo, pero este caso es menos frecuente. Puede ser de dos tipos:

  • Luxación medial. En este caso, la rótula se sale hacia el interior de la articulación. Es la situación más frecuente y suele diagnosticarse en perros de raza pequeña. Este tipo de luxación puede manifestarse cuando el cachorro comienza a caminar o más adelante. Cuando la rótula se desplaza de su posición, el perro suele llevar la pata afectada con la articulación de la rodilla flexionada y el pie girado hacia dentro. Se trata de una afección bilateral en el 25% de los casos.
  • Luxación lateral. Se produce cuando la rótula se desplaza hacia el exterior de la articulación. Se produce con más frecuencia en ejemplares de razas grandes y gigantes, entre los 5 y los 6 meses de edad. El síntoma más apreciable es una postura como de haberse golpeado la rodilla. El pie se gira hacia fuera al cargar peso sobre la extremidad y casi siempre se ven afectadas las dos rodillas.

 ¿Cuáles son los grados de gravedad de una luxación rotuliana?

La luxación rotuliana en perros se clasifica en 4 grados, según su gravedad:

  • Grado I. La luxación puede provocarse manualmente, pero la rótula vuelve a la posición normal cuando se suelta.
  • Grado II. La rótula se luxa al flexionar la rodilla o mediante manipulación manual y permanece luxada hasta que el perro extiende la rodilla o se recoloca manualmente.
  • Grado III. La rótula se luxa continuamente y aunque puede recolocarse manualmente, vuelve a producirse cuando se retira la presión manual.
  • Grado IV. La rótula se luxa continuamente y no se puede recolocar de modo manual.

¿La luxación rotuliana o patelar puede generar otras complicaciones?

Depende del grado de luxación y de si ambas patas están afectadas en el mismo grado. Algunos perros toleran esta condición muchos años o, incluso, toda su vida, mientras que en otros casos sufre otros tipos de lesiones, como la rotura de ligamentos cruzados.

Además, al no poder cargar peso sobre la pata, el perro adopta posiciones que pueden conducir a problemas en las caderas, el muslo y las tibias. Con el tiempo, podría derivar en artritis.

¿Cómo se produce la luxación rotuliana en los perros?

Por lo general, la luxación rotuliana es un trastorno congénito del desarrollo. Sin embargo, también puede producirse como consecuencia de un traumatismo o como complicación secundaria al tratamiento de una enfermedad del ligamento cruzado craneal o de una fractura del fémur o la tibia. Es muy importante que acudas al veterinario si tu perro sufre cojera habitualmente, ya que si no se trata puede derivar en otros problemas.

Aún no se conoce por completo la causa exacta de la luxación rotuliana, pero parece ser que la mala alineación del grupo muscular del cuádriceps juega un papel determinante.

Durante el crecimiento del perro, cualquier anomalía de este grupo puede ocasionar cambios anatómicos del fémur y la tibia que provoquen inestabilidad rotuliana.

Cuando la luxación patelar es grave, puede provocar el arqueamiento del fémur o la tibia. Si no se trata adecuadamente, la situación puede ir complicándose con el tiempo, ya que el cartílago se irá desgastando y la luxación podría derivar en otros problemas, como la rotura del ligamento cruzado craneal.

¿Cómo sé si mi perro tiene una luxación rotuliana?

Las evidencias de esta afección cambian de un ejemplar a otro. El signo clínico más evidente es la cojera. Por lo general, observarás que tu perro se desplaza a saltos, pudiendo verse obligado a levantar la pata durante varios pasos

Si la luxación se presenta en ambas patas, el perro suele arrastrar las patas durante breves períodos de tiempo o realizar el denominado “salto de conejo” (avanzar con las dos patas posteriores apoyadas al mismo tiempo). La marcha es rígida y en grado I no suele ser dolorosa, pero con el tiempo puede agravarse, aumentando el dolor y llegando incluso a la condición de osteoartritis.

Por lo general, observarás también que el perro intenta estirar la pata hacia atrás o hacia un lado, para obligar a la rótula a colocarse en su sitio.

Si la luxación es lateral, la sintomatología es más grave que en el caso de la medial, y si se debe a un traumatismo, derivado de un mal salto, la caída desde una altura excesiva u otro tipo de accidente, la cojera puede aparecer de manera súbita.

Tanto a los perros pequeños como a los medianos les será de gran ayuda una rampa o escalera que los ayude a bajar de los sitios altos, como el sofá o la cama sin necesidad de saltar.

Según el grado de luxación rotuliana, el perro presenta distintos síntomas:

  • Los perros con luxación rotuliana de grado I suelen ser asintomáticos, aunque podrían presentar cojera intermitente. En este caso, es posible que el perro no manifieste signos de dolor.
  • La luxación de grado II presenta cojera intermitente y en la exploración es posible que se observe una leve rotación interna de la tibia y abducción del corvejón. Debido a la erosión progresiva, puede evolucionar a grado III.
  • Las luxaciones de grado III y IV presentan cojera persistente y el perro adopta una postura anormal durante el movimiento.

En el caso de luxación medial bilateral el perro puede no presentar cojera, pero sí caminar agachado, con la pata semiflexionada y rotada internamente. En el caso de luxación lateral, las rodillas se acercan la una a la otra y los tobillos se separan (patas en X o valgo)

En algunos casos, los perros desarrollan cojera grave aguda, debido a la degeneración de las articulaciones.

Diagnóstico de la luxación rotuliana canina

  • Para establecer el grado de luxación y descartar otras afecciones que puedan provocar la cojera del perro, es necesario evaluar la marcha, los movimientos de flexión-extensión de la articulación, el grado de cojera y las deformidades esqueléticas evidentes, mediante una exploración física.
  • El veterinario determinará también la tendencia a la luxación mediante la manipulación de la pata. Si el perro no coopera, puede ser necesario sedarlo.

El diagnóstico de luxación rotuliana se basa en la evidencia clínica de la inestabilidad rotuliana. Se requiere un diagnóstico por imagen, mediante radiografía, para evaluar el grado de deformación. Además, la radiografía permite identificar posibles anomalías esqueléticas.

  • Actualmente se utilizan también otras técnicas de diagnóstico por imágenes, como la tomografía computerizada (TC o TAC) o la ecografía.

¿Cuál es el tratamiento para la luxación rotuliana de mi perro?

Si la luxación es de grado I, no suele requerir intervención quirúrgica, pero sí las de grado II a IV. La intervención sigue básicamente tres pasos:

  • Se desplaza el punto de unión del ligamento rotuliano a la tibia a su ubicación correcta.
  • Se profundiza el surco del fémur para que la rótula se mantenga en su sitio.
  • Se tensa la cápsula que rodea la articulación.

También se puede colocar un implante en la parte interior de la rodilla, para que la rótula no pueda deslizarse sobre él.

En el postoperatorio, el periodo de recuperación suele ser muy rápido, especialmente con un tratamiento adecuado del dolor. Si la cirugía se realiza antes de que se produzca la artritis u otras lesiones rotulares, el pronóstico es excelente y es muy probable que el perro recupere el uso completo de la pata.

Pero si ya se ha desarrollado la artritis, esta puede seguir progresando. Cuanto mayor sea el grado de luxación, mayor es la probabilidad de que vuelva a producirse el problema después de la operación, por eso es importante acudir al veterinario cuanto antes.

Las molestias se controlan por medio de antiinflamatorios no esteroideos y analgésicos, suplementos para las articulaciones y dietas terapéuticas especiales, con el fin de evitar el sobrepeso y la consiguiente sobrepresión en la rodilla. También se recomienda realizar ejercicios de rehabilitación física. En todo caso, será tu veterinario quien te indique las pautas a seguir.

¿Qué suplementos son buenos para las articulaciones de mi perro?

Los suplementos para las articulaciones son otra forma de ayudar a prevenir la luxación rotuliana. Suelen recetarse para mejorar la función, reducir la inflamación y retrasar la progresión del daño articular.

  • La glucosamina y la condroitina son dos ingredientes habituales de los condroprotectores (suplementos articulares), que se utilizan tanto en humanos como en perros. Estos suplementos actúan reduciendo la inflamación, favoreciendo la cicatrización y aumentando la retención de agua en el cartílago, lo que proporciona más amortiguación a la articulación.
  • El mejillón de labios verdes (GLM) es otro ingrediente de suplemento para las articulaciones de probada eficacia tanto en humanos como en perros y contiene nutrientes beneficiosos como ácidos grasos omega-3, glicosaminoglicanos y antioxidantes. Se trata de un potente antiinflamatorio, que puede ayudar a disminuir el dolor y preservar la función articular.
  • Existen suplementos articulares que incluyen estos tres componentes (glucosamina, condroitina y GLM) y que se utilizan tanto como intervención temprana como durante la progresión de la osteoartritis, porque son seguros para el uso a largo plazo en la mayoría de los pacientes.
  • A los perros con luxación rotuliana también les va muy bien una cucharadita de cúrcuma de buena calidad en su comida. La cola de caballo también es muy efectiva. Puedes darle las dos cosas con su ración diaria de alimento.

¿Hay razas más propensas que otras a sufrir luxación rotuliana?

Aunque cualquier raza puede verse afectada, la luxación patelar se da con frecuencia en perros de raza toy o miniatura, porque tienen una predisposición genética a sufrir este problema. En estas razas, suele tratarse de una luxación medial.

En algunos perros, especialmente los que tienen las patas arqueadas, la rótula puede luxarse porque el punto de unión del ligamento rotuliano no está en el centro de la tibia. En estos casos, casi siempre se encuentra demasiado lejos hacia el centro del cuerpo o la parte interior de la pierna. Las razas que se ven más afectadas son:

En algunas razas, como el Dutch Flat Coated Retriever (Cobrador o Retriever de Pelo Liso) o el Pomerania, se han identificado anomalías cromosómicas relacionadas con la luxación rotuliana.

Además, parece ser que las hembras son más susceptibles de sufrir luxación rotuliana que los machos y la esterilización es un factor de riesgo, ya que los perros castrados presentan mayor incidencia de luxación rotuliana.

Se trata de una afección que aparece en los perros jóvenes, aunque sus síntomas se hacen evidentes a medida que el perro crece. Por ello, el diagnóstico suele establecerse antes de los 3 años de edad.

Conclusiones

  • La luxación rotuliana es una de las causas más frecuentes de cojera en los perros.
  • La cojera impide que el perro camine o corra con normalidad y puede provocar afecciones dolorosas, como la artrosis.
  • La luxación rotuliana consiste en la dislocación de la rótula y suele tener causas genéticas, aunque también puede deberse a un traumatismo.
  • La luxación medial es la más frecuente y suele aparecer en perros de raza pequeña.
  • Los perros de raza grande o gigante son más propensos a sufrir una luxación rotuliana lateral.
  • Se clasifica en 4 grupos, según su gravedad, y es importante acudir cuanto antes al veterinario, para que la situación no se agrave.
  • En casos leves puede tratarse con antiinflamatorios y analgésicos, pero si se agrava, será necesaria una intervención quirúrgica, que suele tener buen pronóstico.
  • Las razas más afectadas son las pequeñas. También es más frecuente en las hembras y la esterilización es un factor de riesgo.
  • Si no se trata, puede derivar en otros problemas y lesiones.
  • El veterinario establecerá el diagnóstico mediante una exploración física y manipulación de la extremidad para determinar el grado de la luxación.
  • Hay suplementos que pueden mejorar los síntomas de esta afección.
  • También puede apoyarse en radiografías o técnicas computerizadas.(TAC y ecografías).

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