Cómo evitar que mi perro sea agresivo

Cuando hablamos de agresividad, nos vienen a la cabeza situaciones que implican peleas, lucha y violencia. Aunque pueda parecernos una conducta indeseable en nuestro perro, se trata de una condición fundamental para la supervivencia en la naturaleza, así como para establecer la jerarquía entre los individuos de una misma especie.

Algunos conocimientos de etología y sobre la raza de tu perro, y del comportamiento de tu perro en particular, te ayudarán a interpretar sus señales y comunicarte mejor con él. Reforzarás el vínculo entre ambos, desarrollareis una relación basada en el respeto y la confianza mutua y podrás prever los comportamientos agresivos o dominantes antes de que se conviertan en un problema difícil de manejar.

En caso de que tu perro se muestre muy agresivo, es posible que debas restablecer tu liderazgo y aprender como modificar su conducta. En caso necesario, un adiestrador profesional podrá ayudarte a resolver el problema.

¿Qué es la agresividad?

La agresividad es una actitud de amenaza a otro individuo, que en el caso del perro consiste en gruñidos, mordiscos, ladridos y arremetidas. Se produce entre individuos de la misma especie, que compiten por los mismos recursos: alimentos, territorio y compañero o compañera sexual.

Es decir, los animales utilizan la agresividad como recurso para alejar a desconocidos que puedan suponer una amenaza. Sin embargo, también es necesaria la ayuda de otros miembros de la especie para sobrevivir, por lo que la naturaleza ha ido seleccionando aquellos individuos capaces de inhibir su agresividad para establecer modos de cooperación, especialmente en el caso de animales gregarios, como los perros.

Esto no quiere decir que la agresividad haya desaparecido, sino que se expresará inicialmente por medio de comportamientos rituales, que permiten poner a cada uno en su lugar: ceremonias de saludo, señales de calma y jerarquía social. Durante estos rituales, los animales realizan gestos similares a los de la agresión, pero sin hacerse daño.

Las señales de agresividad suelen ser muy claras. Un perro agresivo actuará enseñando los dientes a su contrincante. Si además es dominante, se mostrará seguro de sí mismo y presentará las orejas levantadas, los belfos (labios) elevados, el stop (depresión nasofrontal) bien definido y la mirada fija. También adoptará una posición que haga que su cuerpo parezca más alargado y rígido.

En cambio, un perro sumiso se verá inseguro, con las orejas aplastadas, los belfos retraídos, los ojos entrecerrados y con un stop menos marcado. Se agazapará para parecer más pequeño y llegará a arrastrarse por el suelo.

Si el perro que se muestra sumiso es de naturaleza dominante, es posible que trate de escalar en la jerarquía en cuanto vea posibilidades para ello.

En caso de que se vuelva excesiva, la agresividad puede convertirse en un problema y necesitarás entrenar adecuadamente a tu perro para corregir su comportamiento.

¿Los perros muestran agresividad hacia animales de otras especies?

La agresividad se manifiesta únicamente entre individuos de la misma especie. Aunque las señales son parecidas, si tu perro persigue y ataca a otros animales, no lo hace conducido por la agresividad, sino por su instinto depredador. Su objetivo en este caso no es deshacerse de un oponente, sino dar caza a una presa para comérsela.

Puedes enseñar a tu perro a convivir con otros animales. Sin embargo, no debes olvidar nunca que el instinto predatorio está latente y puede aparecer en cualquier momento.

Mi perro es agresivo con otros perros y también con las personas

Cuando se acerca un individuo desconocido de la misma especie, es normal que tu perro le analice con recelo, hasta que las ceremonias rituales de saludo le demuestren que su potencial oponente viene en son de paz. En caso de verse amenazado, mostrará agresividad.

Un perro puede atacar también a una persona, ya que conviven con nosotros como miembros de una manada. El ataque a algún miembro de la familia obedece por lo general a una escalada jerárquica, mientras que un ataque a alguien externo suele deberse a la defensa de su territorio o de los miembros de su familia.

Es muy importante que enseñes a tu perro a aceptar a personas, perros y otros animales, y debes hacerlo tan pronto como sea posible. Si tu perro muestra agresividad hacia las personas o perros durante vuestros paseos, debes tomar medidas y comenzar un adiestramiento serio.

Por lo general, si tu perro se muestra muy agresivo, es porque, aunque no seas consciente de ello, estás tolerando este comportamiento. Por ello, es esencial que conozcas a tu perro, tanto las características de su raza como al tuyo en particular, y aprendas a conducirlo. Debes ser tú el líder de la manada y no permitir nunca que tu perro se ponga por encima tuyo en la escala jerárquica.

Acude a un adiestrador profesional si es necesario.

¿Cómo establece un perro su dominancia?

El perro es un animal de manada, donde los individuos deben cooperar para sobrevivir. Además, es necesario que se establezca una sólida estructura jerárquica que permita la convivencia diaria.

El establecimiento de este orden se realiza mediante comportamientos ritualizados que permiten a cada individuo medir a su oponente, tanto sus intenciones como las posibilidades de éxito ante un enfrentamiento. Los perros con un buen instinto emiten señales muy claras que el resto de individuos de su especie interpretarán rápidamente.

De esta manera, pueden medirse sin derramamiento de sangre, ya que esto les pondría en una situación de debilidad que podría afectar a la supervivencia de todo el grupo.

En una manada, el líder se ve obligado a enfrentarse a los numerosos conflictos diarios que se presentan. Además, el tiempo va pasando y se va haciendo viejo y más débil. En estos momentos, algún ejemplar más joven podría disputarle el liderazgo.

Por eso, los perros dominantes aprovechan cualquier oportunidad para tratar de escalar en la estructura jerárquica establecida.

¿Por qué es importante que mi perro me considere el “alfa” de la manada?

La posición en la estructura jerárquica determina la relación con los demás miembros de la manada. El objetivo de la jerarquía es prevenir que los enfrentamientos diarios se conviertan en luchas encarnizadas.

Por lo general, en una manada de lobos, el líder se denomina macho alfa y su pareja es la hembra beta, comparte el liderazgo con el macho y es la número 1 entre las hembras.

Aunque los perros son diferentes de los lobos, comparten pautas de comportamiento con ellos. Tu perro forma parte de una manada, que es tu familia. En “tu manada” solo puede haber un macho alfa, y debes ser tú. Esto es esencial para que tu perro te respete y obedezca. Es importante que se vea a sí mismo como el miembro de menor rango con respecto a los otros miembros humanos de la familia. Es decir, el resto de miembros humanos de la familia debe estar jerárquicamente por encima del perro, pero no deben comportarse como machos alfa. El perro identifica a un solo líder en la manada y si todos actúan como tal, pueden confundirle y hacer que pierda el respeto por la autoridad.

Si tienes niños, debes tener cuidado de que tu perro no los considere nunca cachorros de rango inferior.

¿Por qué mi perro muestra agresividad?

Tu perro puede mostrar agresividad por diferentes motivos:

Agresividad dominante entre perros.

En este caso, el perro dominante debe ser el primero en acceder a los recursos (incluidas tus caricias). No castigues al perro dominante por mostrar su jerarquía y no vayas a acariciar y consolar al sumiso. Debes respetar la jerarquía entre ellos y facilitar el acceso a la posición dominante al perro más capacitado para ocuparla.

Si tus perros se pelean frecuentemente, puedes entrenarlos para que no lo hagan, pero esta conducta podrá repetirse en tu ausencia. No dejes juntos a tus perros cuando tengas que salir y dejarlos solos. Una barrera de seguridad puede ayudarte a mantenerlos separados pero sin que se pierdan de vista.

Agresividad dominante hacia las personas.

Puede deberse a que el perro está tratando de escalar posiciones en la jerarquía, o bien a que ya se ha colocado por encima de algún miembro de la familia.

Los perros que están ascendiendo muestran mayor número de accesos agresivos y éstos son más espectaculares, ya que necesitan demostrar su superioridad. Un perro de naturaleza dominante puede aprovechar cualquier ocasión para tratar de ascender jerárquicamente.

Los perros que ya se han establecido como dominantes muestran menor número de accesos agresivos, ya que no tienen que demostrar nada, pero éstos son más peligrosos. Esto se debe a que, en este caso, la agresividad se dirige a defender su posición.

En este caso, el perro se mostrará agresivo cuando vea que no respetamos los privilegios que ha adquirido. Por ejemplo, si tratamos de echarles del sofá para sentarnos nosotros, nos gruñen y si se lo permitimos, la agresividad aumentará progresivamente y llegará un momento en que son ellos los que mandan en casas.

Como se consideran líderes, entienden que somos nosotros los infractores de las reglas y muestran una agresión más fuerte y menos ritualizada.

Agresividad por posesión de recursos.

Este tipo de agresividad no responde a una disputa por la jerarquía. El acceso a los recursos depende de la jerarquía, pero la posesión de un recurso puede hacer que un perro sumiso muestre agresividad hacia otro superior en la jerarquía para defenderlo. Este tipo de agresividad es bastante frecuente y comienza con señales de advertencia, como gruñidos.

Agresividad territorial.

La defensa del territorio es un comportamiento frecuente en algunas razas que, como en el caso de los perros pastores o de guardia y defensa, han sido desarrolladas para mostrar una predisposición por la defensa del territorio y los recursos.

Los perros jóvenes suelen ladrar mucho y ser muy exagerados en sus señales para echar al intruso, mientras que los adultos son menos vistosos, pero más rápidos y efectivos en la agresión. 

Agresividad maternal.

Las madres pueden actuar de forma agresiva cuando están con sus crías, especialmente si se acercan extraños. También lo hacen en situaciones estresantes, por ejemplo, si hay mucha gente a su alrededor observando y tocando a los cachorros. Esta agresividad se debe al temor por que los cachorros puedan ser dañados.

Agresividad desviada o redirigida.

La frustración de una conducta fuertemente motivada genera agresividad, que puede descargarse hacia un blanco distinto al objetivo original. Es decir, tiene lugar cuando existe alguna barrera que impide al perro descargar su agresividad sobre su objetivo.

Por ejemplo, si un perro muestra agresividad hacia otro durante el paseo y se lo impides sujetando la correa, puede desviar la agresión hacia alguien que pase cerca o hacia otro perro que lleves contigo.

Si el perro desvía la agresividad hacia ti, debes considerar la posibilidad de tener que restituir la jerarquía, ya que las agresiones suelen desviarse hacia individuos sumisos y de rango inferior.

¿La agresividad de mi perro puede deberse a algún problema de salud?

Existen enfermedades que pueden causar agresividad en el perro. La sensación de malestar y de dolor hacen que tu perro reaccione agresivamente. Normalmente, junto a la agresividad aparecen otros síntomas que te permitirán sospechar que tu perro está enfermo y necesita acudir al veterinario.

Sin embargo, existen dos casos de patologías bastante frecuentes que van acompañadas de agresividad y no siempre presentan síntomas evidentes:

Hidrocefalia leve.

Los síntomas de una hidrocefalia leve pueden ser poco evidentes, por lo que la enfermedad no es diagnosticada y la agresividad del perro se achaca a otros factores, como la dominancia.

Sin embargo, la agresividad del perro en este caso presenta algunas pautas que la diferencian de la agresividad por dominancia:

  • Se da principalmente en cachorros de entre 3 y 6 meses. Este un síntoma que debería hacernos sospechar, ya que los cachorros tan pequeños no suelen ser agresivos.
  • El perro tiene problemas de aprendizaje. Es importante que conozcas la raza a que pertenece tu perro y sus características para poder determinar si su aprendizaje sigue una evolución normal o no.
  • El perro tiene hábitos higiénicos inadecuados. Los perros que sufren hidrocefalia suelen mostrarse incapaces de aprender una conducta higiénica correcta.
  • La agresividad aparece al manipular al perro o acercarse a él. La hidrocefalia puede causar dolores a tu perro y el malestar le volverá agresivo.
  • La agresividad es igual de fuerte hacia todos los miembros de la familia. Sus objetivos preferentes serán aquellos que más interaccionan con él, mientras que los que muestran más indiferencia hacia el perro tienden a ser ignorados. Esto también lo diferencia de la agresividad por dominancia, ya que el perro dominante comienza por los miembros más débiles de la familia y va escalando posiciones hasta llegar al líder.
  • El perro es braquicéfalo y de tamaño pequeño, y puede mostrar estrabismo. Estos perros muestran predisposición a sufrir hidrocefalia.
  • Las razas toy también muestran mayor predisposición a sufrir hidrocefalia: Bichón Maltés, Bulldog Inglés, Lhasa Apso, Caniche Toy, Boston Terrier, Pequinés, Yorkshire Terrier, Chihuahua, Pomerania, Cairn Terrier, Pug o Carlino.

Acude a tu veterinario si crees que tu perro puede tener hidrocefalia.

Agresión compulsiva o por lapsus mental.

Este tipo de agresión puede aparecer en todos los perros, pero es endémica de los Cocker Spaniel de colores sólidos y de los Golden Retriever.

Se cree que este tipo de agresividad podría ser causado por una forma primaria de epilepsia psicomotora. Suele presentar las siguientes características:

  • Cambios bruscos de personalidad.
  • Agresividad cuando el perro se asusta o cuando se despierta de golpe.
  • Muestras de miedo y/o agotamiento tras un episodio agresivo.
  • Mayor frecuencia de crisis por las tardes.
  • El perro tiende a esconderse en lugares de difícil acceso, atacando a quien intenta cogerle.
  • Agrede a quien intenta arrebatarle sus objetos.
  • Durante los paseos, el perro muestra un comportamiento normal y dócil.
  • El comportamiento agresivo aparece entre los 9 meses y los 2 años.
  • Si el perro es nervioso, la conducta se agrava, pues la excitación provoca accesos más frecuentes y violentos.
  • Si el perro ve que la agresividad le aporta ventajas, se volverá más dominante. De hecho, a menudo nos encontramos ante un cuadro mixto entre esta patología y la dominancia.

No tomes su enfermedad como disculpa para permitirle ascender jerárquicamente, ya que en ese caso acabarás teniendo problemas de agresividad y te será muy difícil resolverlos.

Es importante que elimines la dominancia del perro sin excitarlo, ya que esto dispararía el mecanismo de la enfermedad. Puedes aplicar técnicas de dominancia indirecta y pasar posteriormente a técnicas de dominancia directa.

Es importante evitar las situaciones que disparan la conducta agresiva del perro: bloquea sus escondites, no le despiertes de golpe y retira los juguetes por los que muestra posesión cuando no te vea.

Intenta que tu perro lleve una vida tranquila. Si la enfermedad es grave o viven niños en casa, tal vez debas buscar otro hogar más tranquilo para él. Los niños pueden desencadenar su agresividad, produciéndose situaciones peligrosas para ellos.

También es necesario que acudas a tu veterinario. Es posible que le prescriba medicamentos antiepilépticos.

¿Cómo puedo reconducir a un perro que ha establecido su dominancia?

Los perros que ya han escalado en la jerarquía son más difíciles de corregir que los que están ascendiendo, debido principalmente a tres motivos:

  • La dominancia del perro ya está consolidada y no en formación.
  • Has aprendido a evitar las situaciones de conflicto con el perro, tienes miedo a sus reacciones agresivas y el perro se ha adueñado de la situación.
  • Cuando el perro ve amenazada su jerarquía se produce una situación de conflicto y la agresión es más espectacular, ya que está luchando por su dominancia. No abandones el adiestramiento.

El perro dominante asciende en la jerarquía porque puede hacerlo. Seguirá mostrándose amigable, excepto en situaciones de conflicto, cuando vea amenazada su nueva posición o considere que debe luchar por sus recursos.

Normalmente, la dominancia no aparece de repente, pero a menudo, los dueños no dan importancia a las señales, hasta que se convierte en un problema. Por ello, es muy importante tener conocimientos de etología y saber interpretar el comportamiento del perro.

Cuando el perro ha afianzado su dominancia, nuestro objetivo principal será colocarlo en un nivel jerárquico inferior al de todos los miembros humanos de la casa.

Para comenzar el adiestramiento, es importante que agotes al perro. Llévalo a correr y realiza un ejercicio intenso con él para que esté relajado cuando comiences con los ejercicios.

Comienza a realizar acciones de dominancia indirecta. El objetivo es enseñar al perro que somos dominantes sin entrar en conflicto con él. Para ello, puedes hacer varias cosas:

  • Pasa antes que él por las puertas. Los dominantes pasan por delante de los sumisos.
  • Acaríciale presionando la cabeza. Ejercer presión es una señal de dominancia que debes medir, porque si lo haces con exceso, el perro puede verlo como una acción de dominancia directa y enfrentarse a ti.
  • Practica las órdenes “tumbado” o “sentado” y “quieto” antes de darle la comida, un premio o alguna otra cosa. Antes de conseguir algo, debe obedecer.

Las acciones de dominancia indirecta no deben sobrepasar el umbral de tolerancia del perro. Debes ser progresivo para ir ganando jerarquía, de la misma manera que ha hecho él para ganar su posición.

Cuando estas técnicas ya están afianzadas, es el momento de comenzar con las de dominancia directa, para demostrar a tu perro que el líder eres tú. Recuerda que debes cansar a tu perro antes de realizarlas.

Si no eres capaz de imponerte al perro y actuar ante situaciones de conflicto, no dudes en acudir a un profesional para que te ayude con el adiestramiento.

Debes tener claro que vas a entrar en conflicto jerárquico con tu perro. Tienes que ser muy firme y contundente.

Puedes realizar los ejercicios con bozal si lo ves necesario:

  • Coloca al perro boca arriba cuando se desencadene el conflicto (por ejemplo, si le das la comida, se la quitas y se enfrenta a ti). Una vez en esa posición, sujeta su cabeza sin permitirle levantarla (firme, pero sin hacerle daño). Aguanta hasta que cese su resistencia y se lama la nariz. Este es un signo de calma que indica que el perro ha recibido el mensaje y se ha rendido.
  • Levanta al perro por el pellejo del cuello y la grupa. Si lo haces bien, será muy impresionante para el perro.
  • Arrastra al perro cogido del pellejo del cuello. Esta técnica es una imitación de la conducta de la madre cuando transporta los cachorros y lanza un mensaje de autoridad al perro. De hecho, ellos la utilizan en las disputas por la dominancia.
  • Coge al perro en brazos y apriétalo contra ti (sin hacerle daño). Así le mostrarás tu fuerza.

El adiestramiento en obediencia también es fundamental para que el perro aprenda a acatar tus órdenes y reconozca tu autoridad. Enséñale las órdenes básicas (ven, quieto, tumbado, no…) y avanza progresivamente.

No castigues a tu perro cuando muestre un comportamiento agresivo, ya que esto puede intensificar la agresión. Si tu perro muestra agresividad y le castigas, puede sentir la necesidad de defenderse.

Recuerda que el adiestramiento y la modificación de conductas inapropiadas pueden llevar mucho tiempo y esfuerzo. Actúa con paciencia y contundencia, mostrando siempre una actitud de liderazgo ante tu perro.

Acude a un adiestrador profesional si necesitas ayuda para resolver el problema.

Conclusiones

  • La agresividad es un comportamiento natural para la supervivencia y protección de los recursos.
  • La agresividad se expresa inicialmente por comportamientos rituales que permiten al perro conocer a su potencial oponente.
  • La agresividad se produce entre miembros de la misma especie.
  • Los ataques a animales de otras especies obedecen a un instinto depredador y no deben confundirse con agresividad.
  • Si tu perro ataca a un miembro de tu familia, es posible que esté ascendiendo en la escala jerárquica.
  • Si tu perro ataca a personas externas a la familia, puede obedecer a un instinto de territorialidad o defensa de su manada.
  • Debes mantener siempre el liderazgo y no permitir que tu perro se coloque en una posición de rango superior a ningún miembro humano de la familia.
  • La agresividad puede obedecer a distintas causas que debes aprender a reconocer.
  • Algunas enfermedades provocan agresividad a los perros y suelen ir acompañadas de otros síntomas fácilmente reconocibles.
  • La hidrocefalia leve puede no manifestar síntomas evidentes y provoca agresividad. Algunas razas son más propensas a sufrirla.
  • La agresividad compulsiva o por lapsus mental es una forma primaria de epilepsia. Los Cocker Spaniel y los Golden Retriever presentan predisposición genética a sufrirla.
  • Acude a tu veterinario para tratar adecuadamente cualquier enfermedad que tu perro pueda tener.
  • Aplica técnicas para disminuir su agresividad y no permitas que se convierta en un problema.
  • No castigues a tu perro si muestra agresividad, ya que puedes agravar el problema.
  • Acude a un adiestrador profesional si es necesario.

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3 thoughts on “Cómo evitar que mi perro sea agresivo”

  1. Excelente artículo, perfectamente explicado nos deja claro los posibles motivos de la conducta agresiva de los perros y la mejor manera de resolverlos.

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