Tienes un perro muy educado. Siempre se porta bien y jamás da problemas en casa. Sin embargo, en cuanto sale a la calle, se transforma. Tira de la correa y no logras que te obedezca y camine al pie. Y si, para colmo, se encuentra con otro perro, se desata el caos… Le ladra, tira de la correa y si logra soltarse, corre hacia él, iniciando una pelea entre ladridos y gritos del otro dueño. Últimamente, evitas las calles por donde pasean otros perros y cuando le sacas de paseo, vas mirando a todos lados, tratando de evitar el conflicto, con una sensación de ansiedad que, con toda seguridad, le estás transmitiendo.
¿Te suena? Se trata de un problema que puede responder a diversas causas. La agresividad de un perro hacia otros de su misma especie busca deshacerse del oponente, generalmente por un instinto de protección del territorio o de su manada (nosotros). Y para enseñar a tu perro a convivir pacíficamente con otros animales, el primer paso es ser el líder de la manada.
Tabla de contenidos
¿Por qué mi perro ataca a otros perros?
No es habitual que un perro ataque a todos los otros perros que se encuentre. Este comportamiento puede obedecer a distintas causas: la herencia, el aprendizaje, la falta de socialización, la falta de liderazgo por nuestra parte…
Antes de atacar, es fácil que el perro amenace a su oponente. Generalmente, se trata de un pseudoataque, en el cual el perro amenaza a su oponente sin tocarle. Tal tipo de actuación responde a los mecanismos de agresividad, inhibición y apaciguamiento, con expresiones bien definidas en cada caso. Un perro amenaza a otro enseñando los dientes y gruñendo. Se trata de una señal de advertencia que suele finalizar sin consecuencias serias.
Algunos ataques, sin embargo, pueden tener lugar sin previo aviso y surgen generalmente a causa de una disputa en el orden jerárquico. El ataque sin amenazas en cualquier otra circunstancia responde a una pauta de comportamiento anormal o patológica. En el caso de querer expulsar al oponente de la manada, el ataque será de este tipo (sin amenaza previa) y no se aceptará la sumisión del otro perro.
La amenaza, por tanto, es una señal de agresividad que tu perro emplea ante su oponente antes de atacarlo. Para aplacar una amenaza, los perros utilizan un comportamiento de apaciguamiento. Cuando el adversario muestra el comportamiento de apaciguamiento o sumisión, o emprende la retirada, es muy raro que el que ejecuta la amenaza continúe con el ataque.
El comportamiento de apaciguamiento tiene el objetivo de disminuir la agresividad del oponente. Los perros disponen de diferentes señales para ello: dar la pata delantera, empujar con el hocico y movimientos de twist son señales de calma. Otra formas de apaciguamiento consiste en ocultar las expresiones de agresividad cerrando la boca y mirando hacia el lado opuesto del adversario. También el comportamiento sexual puede responder a esta intención: el perro que expone su parte trasera para eliminar todo signo de agresividad.
¿Cuáles son las causas más habituales por las que mi perro ataca a otros?
- El perro puede atacar cuando sufre estrés. El estrés es una reacción fisiológica que prepara al individuo para afrontar situaciones extremas. Cuando un perro se siente en peligro, el estrés lo prepara para actuar, ya sea luchando o huyendo. Se trata de una reacción saludable que debes aceptar, siempre que no desencadene problemas de comportamiento.
- Un perro ataca también a otros a causa de la falta de estimulación. Es decir, el perro que tenga pocas oportunidades de desarrollar y utilizar sus habilidades innatas (aquellas características de su raza) podrá llegar a ser problemático. La falta de estimulación hará que el perro reaccione ladrando excesivamente o incluso con agresividad. Para evitarlo, realiza ejercicios y juegos con él, tratando de que practique sus habilidades. Por ejemplo, seguir un rastro, buscar un objeto…
- La hiperactividad (nivel de actividad elevado, por encima de la media de lo que es habitual en su raza) también puede generar conductas agresivas, ya que cuando un perro no utiliza sus destrezas o satisface sus necesidades de forma adecuada, puede reaccionar de modo excesivo ante determinadas situaciones.
- Tu perro puede tener miedo a otros perros. El miedo puede desencadenar un comportamiento agresivo. Es importante reconocer las expresiones que utiliza tu perro en sus interacciones con otros, ya que suelen ser muy precisas en las situaciones de conflicto. A través de dichas señales, los perros informan acerca de sus intenciones y deseos. Si eres capaz de interpretarlas, evitarás muchos momentos conflictivos.
- La falta de socialización conlleva muchas veces agresividad hacia sus congéneres. Un perro que no está acostumbrado a tratar con otros perros, puede sentir miedo y falta de protección. Al fin y al cabo, se trata de un individuo desconocido que se acerca a su manada… Establece pautas de socialización progresiva para eliminar este problema. Si es necesario, busca ayuda profesional.
- A veces, simplemente se lleva mal con algún perro en particular. Esto es natural, nos sucede lo mismo a las personas. Sepárale del perro que no le gusta. La agresividad hacia otros perros es preocupante cuando se trata de un comportamiento generalizado, pero si es algo puntual, no le des demasiada importancia.
- Algunas enfermedades generan malestar en tu perro. El dolor provoca irritabilidad y puede producir encuentros agresivos con otros perros y con las personas. Consulta con tu veterinario, para que establezca un diagnóstico y poder actuar al respecto.
¿Qué puedo hacer si mi perro ataca a otros perros?
- En el paseo, lleva a tu perro con correa corta (debe ir a tu altura). Si crees que puede llegar a morder, utiliza un bozal.
- Procura salir por lugares libres de otras mascotas, por ejemplo a primera hora o tarde por la noche. Un ambiente relajado os hará disfrutar a ambos.
- Juega con tu perro y préstale atención durante el paseo. Haz ejercicio con él. Esta estimulación positiva le relajará.
- Permítele olfatear el suelo y seguir rastros. Esto le ayuda a conocer el entorno y relajarse.
- Si amenaza a otros o intenta ir hacia ellos con ansiedad, sigue tu camino como si nada. Asegúrate de llevarlo bien sujeto.
- No le premies ni felicites ante un comportamiento negativo. Recuerda que calmarlo con suavidad puede reforzar el comportamiento, al ser interpretado como una aprobación del mismo.
- Aunque no sea de raza PPP, es importante contratar un seguro de responsabilidad civil para él, que te cubra en caso de indemnización.
- Busca ayuda profesional para corregir el comportamiento agresivo. Todo problema puede solucionarse, un buen adiestrador te ayudará a entender su comportamiento y las causas que lo provocan, así como la manera de trabajar para resolverlo y no reforzarlo.
- Tu perro puede atacar por falta de liderazgo. Cuando tú no te impones adecuadamente a tu perro, puedes provocar problemas de comportamiento que te superarán. Deberás establecer tu jerarquía y educarlo adecuadamente. No descartes la ayuda profesional. Los perros que presentan este tipo de agresión suelen parecer obedientes, pero en realidad son ellos quienes toman la iniciativa. Esto causa inseguridad en el perro y un desarrollo exagerado de los reflejos de defensa activa.
- Identifica el tipo de agresión y actúa en consecuencia. No es lo mismo que muestre una actitud defensiva u ofensiva, ya que las causas son diferentes (miedo frente a lucha por un recurso, por ejemplo).
- Reconduce la conducta: ofrécele alguna alternativa que pueda llevar a cabo.
Conclusiones
- No es habitual que un perro ataque al resto de sus congéneres. Se trata de un problema de comportamiento que debes corregir.
- El ataque puede conllevar o no amenaza previa.
- Tu perro puede atacar a otros perros por diferentes causas, como: estrés, falta de estimulación, hiperactividad, miedo, falta de socialización o incluso alguna enfermedad.
- Trata de identificar la causa. La solución no será la misma si se trata de una conducta defensiva u ofensiva.
- Lleva a tu perro con correa corta y, si es necesario, con bozal.
- Sal en momentos tranquilos y con pocos perros alrededor.
- Juega con él y estimúlale.
- Busca alternativas para reconducir el comportamiento agresivo.
- Asegúrate de ser el líder de la manada.
- No sobreprotejas a tu perro. No trates de justificar su comportamiento agresivo.
- Busca ayuda profesional para no empeorar el problema.
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