Hemorroides en los perros. Síntomas y tratamientos

Es posible que tu perro tenga problemas en el ano y el recto que le causen dolor o molestias. Uno de los síntomas principales es que tu perro arrastra el trasero por la alfombra o tiene que hacer demasiados esfuerzos para defecar.

Aunque los perros no pueden tener hemorroides, sí pueden sufrir otro tipo de molestias que debemos considerar.

¿Qué son las hemorroides y por qué no las sufren los perros?

Las hemorroides son venas hinchadas e irritadas en la parte inferior del recto y el ano. Pueden desarrollarse en la superficie o en el interior del recto y están provocadas por una presión excesiva sobre las venas de esa zona, por ejemplo, a causa del estreñimiento o un embarazo.

En las personas, producen picor excesivo, dolor o heces sanguinolentas.

Los perros no sufren esa presión adicional en las venas, porque su sistema gastrointestinal se encuentra en posición horizontal en lugar de vertical, causando menos presión sobre los vasos sanguíneos del recto y el ano. Por eso, no tienen hemorroides, aunque sí pueden sufrir otro tipo de problemas en esa zona.

Las principales dolencias de tu perro en el recto y el ano

  • Pólipos rectales o anales. Pequeños crecimientos de tejido sobrante. Son poco frecuentes y suelen ser benignos (no cancerosos), pero cuanto mayor sea el pólipo, mayor será la probabilidad de que sea canceroso, así que es importante que acudas al veterinario.
  • Tumores rectales o anales. Estos tumores pueden ser benignos o malignos (cancerosos). El tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica del tumor, que será más eficaz si aún no se ha extendido a otras partes del cuerpo del perro.
  • Fístulas perianales. Heridas crónicas y malolientes causadas por la formación de un túnel en la piel entre el interior del ano y la piel que rodea el exterior del mismo. Los perros mayores de siete años corren mayor riesgo que los más jóvenes. Esta enfermedad es especialmente frecuente en los pastores alemanes.
  • Hernia perianal. Se trata de una hernia (un órgano interno que ha empujado a través de una zona débil en el tejido o músculo) cerca del ano, y puede detectarse como una hinchazón en la parte inferior, a un lado. Algunas razas, como el Boston Terrier, el Boxer, el Teckel y el Pequinés, son más propensas que otras a sufrirla.
  • Prolapso rectal. Se trata de una enfermedad poco frecuente en la que parte del recto sobresale del ano. Suele darse en perros jóvenes que tienen que esforzarse mucho para defecar o que padecen diarreas graves.

Problemas en las glándulas anales de tu perro

A diferencia de los seres humanos, los perros tienen dos glándulas odoríferas en el ano, que son estructuras remanentes de sus antepasados salvajes.

Estas glándulas tienen forma de saco ovalado, se encuentran una a cada lado del ano del perro y segregan un líquido con un fuerte olor a pescado, que les sirve para marcar territorio. Normalmente lo expulsan cuando defecan, dejando una firma olfativa única.

También pueden liberar involuntariamente sus glándulas anales cuando están ansiosos o asustados.

La mayoría de los perros no tienen problemas con sus glándulas anales, sobre todo si son de raza grande o gigante. Sin embargo, algunos de ellos, sobre todo de razas pequeñas, sufren verdaderos problemas de estos sacos.

A veces, después de que un perro haya tenido un episodio de diarrea y esfuerzo, puede desarrollar problemas en las glándulas anales. Las glándulas se llenan, pueden obstruirse, infectarse e inflamarse. En algunos casos, se forman abscesos y se rompen, drenando pus y líquido del saco anal. También puede llegar a desarrollarse un cáncer.

Los problemas de las glándulas anales suelen deberse a la incapacidad del perro para exprimir los sacos al defecar. Esto puede deberse a heces blandas crónicas o a un tono muscular deficiente, fundamentalmente en perros con sobrepeso. Las alergias, la falta de fibra en la dieta o la dermatitis también pueden contribuir a los problemas del saco anal.

Para aliviar la acumulación de líquido, algunos perros necesitan que se les vacíen manualmente las glándulas anales. Para ello, es importante que acudas al veterinario, ya que si no lo haces correctamente o la glándula está obstruida, podrías provocarle daños o lesiones a tu perro.

Los síntomas más claros de que tu perro sufre este tipo de problemas son:

  • El perro arrastra el trasero por el suelo
  • El perro se lame excesivamente
  • El recto está rojo o inflamado
  • Se produce sangrado rectal
  • Se produce un fuerte olor a pescado

Los sacos anales inflamados e infectados presentan un aspecto similar a las hemorroides humanas y pueden ser dolorosas.

Acude al veterinario, para que pueda aplicar un tratamiento adecuado a tu perro. Este tratamiento puede incluir el vaciado de las glándulas anales, antiinflamatorios, antibióticos y fotobiomodulación (terapia con láser frío). Si a tu perro le duele mucho, es posible que necesite una sedación suave para el tratamiento.

La mayoría de los perros se recuperan sin problemas de los problemas del saco anal, pero algunos necesitan que les vacíen varias veces estas glándulas, antes de que vuelvan a funcionar con normalidad, o pueden tener algún tipo de anomalía anatómica que impida que su funcionamiento se regularice, con lo que necesitarán un vaciado frecuente en la consulta veterinaria (o por tu parte, una vez que el veterinario te enseñe cómo hacerlo).

Es posible que tu veterinario te recomiende añadir fibra a la dieta de tu perro, para aumentar el volumen de las heces. La idea es que unas heces más espesas comprimirán más el recto, el ano y las glándulas anales, favoreciendo que los sacos anales se vacíen cuando el animal defeque.

Una buena hidratación también ayudará a que tu perro defeque con más facilidad, disminuyendo el riesgo de sufrir problemas rectales.

¿Qué puedo hacer en casa si mi perro tiene problemas en las glándulas anales?

Hay algunas cosas que puedes hacer para tratar los problemas leves de las glándulas anales de tu perro, siempre teniendo en cuenta las recomendaciones de tu veterinario, que debe estar informado del problema:

  • Aplicación de compresas calientes en la zona, dos veces al día. Con esto, reducirás la inflamación y las molestias.
  • Administración de un antibiótico tópico. Si hay secreciones, tu veterinario te recetará algún antibiótico para aplicar en el recto de tu perro.
  • Vaciado de las glándulas. Sobre todo si es necesario vaciar las glándulas con frecuencia, tu veterinario te enseñará cómo hacerlo.

Mi perro sufre prolapso rectal

Esta afección, que también se confunde a menudo con las hemorroides, se produce cuando las partes internas del ano y el recto sobresalen de la abertura del ano.

Puede ser parcial, cuando la afección remite tras la defecación, o completo, cuando una masa de tejido enrojecido sobresale de forma persistente, y puede presentar una coloración oscura.

Los perros que sufren prolapso rectal se esfuerzan continuamente por defecar.

La diarrea, los parásitos intestinales, los trastornos urinarios o el estreñimiento crónico pueden causar prolapso rectal.

Un prolapso rectal completo es una emergencia y requiere atención veterinaria inmediata. Un prolapso parcial, en el que el tejido desaparece después de la defecación, también requiere atención veterinaria lo antes posible, pero puede esperar 24 horas, siempre que la afección no se convierta en un prolapso completo.

¿Cuáles son los síntomas que indican que mi perro tiene problemas en el recto o en el ano?

Las diferentes afecciones anales de tu perro pueden dar lugar a síntomas diferentes. En general, debes prestar atención a los siguientes:

  • Tu perro se rasca o lame el ano excesivamente. Es normal que tu perro se limpie o rasque de vez en cuando, pero cuando esto se convierte en una acción frecuente, puede indicar la presencia de un problema.
  • Tu perro arrastra el trasero por el suelo. Cuando hace esto es porque le pica o le duele.
  • Se observa hinchazón, inflamación o enrojecimiento alrededor del ano.
  • Dolor al defecar o presencia de pus o sangre en las heces.
  • Tu perro tiene que hacer esfuerzos para defecar.
  • Hay sangre o pus cerca del ano o del recto
  • La cola está en una posición inusual

¿Cómo debo actuar si mi perro tiene problemas en el recto o el ano?

Si observas cualquiera de estos síntomas, comprueba si hay restos de suciedad que puedas limpiar o lavar con facilidad. A continuación, aplica una compresa caliente y ponte en contacto con tu veterinario, para que evalúe el problema y te indique cómo proceder.

No apliques remedios ni manipules la zona sin consultarlo previamente con tu veterinario.

Conclusiones

  • Los perros no sufren las hemorroides como los seres humanos, pero sí tienen otros problemas rectales que presentan una apariencia similar.
  • Los más frecuentes son las obstrucciones de las glándulas anales y los prolapsos rectales, pero también podría tratarse de hernias, fístulas o tumores
  • Si crees que tu perro tiene algún problema en el recto o en el ano, acude a tu veterinario
  • Los perros de raza pequeña son más propensos a sufrir obstrucciones de las glándulas anales
  • Algunas razas presentan mayor propensión a sufrir problemas en el recto o en el ano
  • Una dieta rica en fibra y una buena hidratación pueden ayudar a tu perro

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