La epilepsia en perros es una afección neurológica que se manifiesta por convulsiones repentinas y recurrentes. No se conocen las causas exactas de este trastorno, pero se cree que intervienen factores genéticos, ambientales y problemas de salud subyacentes.
Los ataques pueden variar en gravedad, frecuencia y duración, y pueden ser desencadenados por una amplia gama de factores. Además, las crisis pueden resultar aterradoras para los perros y sus propietarios, y pueden provocar lesiones, pérdida de consciencia o incluso la muerte (en casos graves).
Aunque no tiene cura, existen muchos tratamientos eficaces para ayudar a reducir la frecuencia y gravedad de las crisis. Además de los medicamentos, ciertas modificaciones del estilo de vida y cambios en la dieta te ayudarán a reducir el riesgo de convulsiones y mejorar la calidad de vida general de los perros con epilepsia.
Si tu perro sufre epilepsia, es importante que acudas a tu veterinario, pues un diagnóstico y tratamiento adecuados harán que pueda llevar una vida feliz y saludable. Es importante que seas consciente de los posibles riesgos y desafíos asociados a este trastorno y que sigas las instrucciones de tu veterinario, para desarrollar un plan de tratamiento individualizado para tu perro.
Tabla de contenidos
¿Qué es la epilepsia y cómo afecta a los perros?
La epilepsia es un trastorno neurológico que puede afectar a perros de cualquier raza, sexo o edad. La epilepsia no es una enfermedad en sí misma, sino más bien un síntoma de un trastorno neurológico subyacente.
Esta afección provoca convulsiones súbitas e incontrolables, que pueden ser parciales o generalizadas.
Las convulsiones son el síntoma más reconocible de la epilepsia en los perros, y están causadas por una actividad eléctrica repentina y excesiva en el cerebro. Esta actividad anormal puede afectar a diferentes áreas del cerebro, dando lugar a una amplia gama de síntomas y comportamientos.
Durante un episodio o crisis epiléptica, el perro puede experimentar convulsiones, pérdida de conciencia, temblores u otros comportamientos anormales. Las convulsiones pueden durar desde unos segundos hasta varios minutos, y su frecuencia e intensidad varía de un perro a otro.
Las crisis parciales están localizadas y afectan a una parte específica del cerebro y provocan comportamientos o movimientos anormales en una parte del cuerpo, como espasmos o temblores en la cara o las extremidades.
Las crisis generalizadas, en cambio, afectan a todo el cerebro y generan una amplia gama de síntomas, como pérdida de conciencia, convulsiones o rigidez muscular.
La frecuencia e intensidad de las convulsiones pueden variar significativamente de un perro a otro, y pueden estar influidas por una amplia gama de factores. En algunos casos, las convulsiones pueden desencadenarse por determinados estímulos, como luces intermitentes o ruidos fuertes. Otros factores que pueden contribuir a la aparición de convulsiones en los perros son el estrés, la ansiedad, las enfermedades o los cambios en la medicación o la dieta.
Los efectos de las convulsiones en los perros pueden ser importantes y afectar a su calidad de vida. Las convulsiones resultan aterradoras tanto para el perro como para su dueño y pueden provocar lesiones o accidentes. Además, causan fatiga, confusión o cambios en el comportamiento del perro, afectando a su capacidad para interactuar con su entorno.
Por ello, identificar y tratar las crisis epilépticas en los perros puede ser clave para mejorar su calidad de vida y garantizar su salud y bienestar a largo plazo.
¿Por qué tiene epilepsia mi perro?
Las causas de la epilepsia en perros aún no se conocen del todo. Sin embargo, se cree que la genética, los factores ambientales y las condiciones de salud subyacentes pueden contribuir al desarrollo de las convulsiones.
Causas genéticas
Ciertas razas de perros son más susceptibles a sufrir epilepsia que otras. Por ejemplo, se sabe que el Pastor Alemán, el Border Collie, el Beagle y el Golden Retriever tienen una mayor incidencia.
El patrón hereditario de la epilepsia aún no se conoce del todo, pero se cree que es poligénico, lo que significa que hay varios genes implicados en su desarrollo.
Factores ambientales, infecciones y traumatismos
La exposición a toxinas, las infecciones o los traumatismos craneales puede aumentar el riesgo de desarrollar epilepsia. Por ejemplo, los perros que han estado expuestos al plomo o a organofosfatos pueden ser más propensos a sufrir convulsiones. Determinadas infecciones, como la encefalitis o la meningitis también pueden provocar convulsiones.
Enfermedades subyacentes
Ciertas condiciones de salud, como enfermedades hepáticas, renales, hipoglucemia o tumores cerebrales, también pueden causar convulsiones en los perros. En algunos casos, las convulsiones pueden ser un síntoma de un trastorno metabólico subyacente, como el hipotiroidismo.
¿Cuánto puede durar una crisis epiléptica en mi perro?
La frecuencia de los ataques epilépticos puede variar mucho de un perro a otro y a lo largo de su vida.
Registrar la frecuencia de las crisis es importante para saber si el tratamiento está funcionando y para que el veterinario pueda modificarlo si lo considera necesario.
Algunos perros experimentan convulsiones muy seguidas en el tiempo (por ejemplo, más de una en un día), convulsiones que son muy largas, o convulsiones que conducen inmediatamente a más convulsiones, que no vuelven a la normalidad entre ellas. Estos tipos de convulsiones suponen un riesgo especialmente alto para la salud de tu perro, pueden poner en peligro su vida y constituir una emergencia.
Por ello, has de prestar especial atención a las crisis en racimo (dos o más crisis en un período de 24 horas) y a los estados epilépticos (convulsiones de más de cinco minutos, o dos convulsiones sin que el perro vuelva a la «normalidad» entre ellas).
¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de epilepsia en los perros?
Los signos clínicos pueden variar de un individuo a otro. Sin embargo, la mayoría de los perros con epilepsia experimentarán una o más convulsiones a lo largo de su vida.
Crisis focales (parciales)
Las crisis focales se producen cuando sólo una parte del cerebro se ve afectada por una actividad eléctrica anormal. En este caso, los síntomas más frecuentes son:
Sacudidas
Espasmos musculares
Parpadeo
Salivación
El perro comienza a perseguirse la cola de repente, lanzar mordiscos al aire o comportarse de forma agresiva
Convulsiones generalizadas
Las crisis generalizadas afectan a todo el cerebro y pueden caracterizarse por:
Convulsiones
Pérdida de conciencia
Temblores
Rigidez
Sacudidas rápidas
Durante una convulsión generalizada, un perro puede desplomarse, remar las extremidades y salivar en exceso.
Algunos perros también pueden perder el control de la vejiga o los intestinos durante una convulsión.
¿Cómo se diagnostica la epilepsia en los perros?
El diagnóstico de la epilepsia en perros puede ser complicado, ya que no existen pruebas de laboratorio o estudios de imagen específicos que puedan confirmar la presencia de convulsiones. Por ello, los veterinarios han de basarse en una combinación de síntomas, historial médico y pruebas de diagnóstico para determinar la causa subyacente de las convulsiones.
Un historial médico completo puede proporcionar información valiosa sobre el inicio, la frecuencia y la duración de las convulsiones. Por ello, es importante que lleves un diario de las convulsiones de tu perro, anotando la fecha, hora y duración de cada episodio.
Un examen físico puede ayudar a descartar enfermedades subyacentes que impliquen la aparición de convulsiones. Durante el examen, el veterinario evaluará la salud general del perro, incluido su estado corporal, su función cardiaca y pulmonar y su estado neurológico. También buscará signos de traumatismo craneal u otras lesiones que puedan ser causa de las convulsiones.
El veterinario comprobará asimismo si hay bultos o masas palpables, que podrían indicar un tumor.
Las pruebas diagnósticas pueden ayudar a identificar afecciones subyacentes susceptibles de causar convulsiones. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre para evaluar la función hepática y renal, los niveles de electrolitos y los niveles de glucosa en sangre. Otras pruebas pueden incluir un análisis de orina, radiografías de tórax o un electrocardiograma (ECG) para evaluar la función cardiaca.
Un electroencefalograma (EEG) es una prueba no invasiva que mide la actividad eléctrica del cerebro. Esta prueba puede ayudar a diagnosticar la epilepsia mediante la identificación de patrones anormales de actividad eléctrica durante las crisis o entre ellas. Sin embargo, los EEG no siempre detectan anomalías en perros con epilepsia, y un EEG normal no descarta la presencia de convulsiones.
Cómo se trata el hipotiroidismo en los perros
El tratamiento de la epilepsia en perros se centra en reducir la frecuencia y la gravedadde las convulsiones, minimizando al mismo tiempo los efectos secundarios de los medicamentos. El tratamiento puede implicar una combinación de medicamentos, cambios en la dieta y modificaciones en el estilo de vida.
Medicamentos. Los fármacos antiepilépticos (FAE) son el tratamiento más común para la epilepsia en perros. Estos medicamentos actúan reduciendo la frecuencia y gravedad de las convulsiones mediante la regulación de la actividad cerebral. Entre los FAE más comunes para los perros se encuentran el fenobarbital, el bromuro potásico, el levetiracetam y la imepitoína. La elección del medicamento dependerá del historial médico del perro, de la frecuencia y gravedad de las convulsiones, y también de la presencia de cualquier enfermedad subyacente.
Cambios en la dieta. Actualmente se están desarrollando nuevas dietas que podrían ayudar a controlar las convulsiones de tu perro. Por ejemplo, la dieta cetogénica, rica en grasas y baja en carbohidratos, ha demostrado reducir su frecuencia en algunos perros. Sin embargo, es preciso que consultes a tu veterinario antes de realizar cualquier cambio en la dieta de tu perro, ya que podría afectar a los niveles sanguíneos de determinados fármacos.
Cambios en el estilo de vida. Es posible que la modificación del estilo de vida del perro ayude a controlar las convulsiones. Por ejemplo, puedes tratar de reducir su estrés y ansiedad,evitar los factores desencadenantes de las convulsiones y asegurarte de que tu perro descansa y hace suficiente ejercicio físico.
¿Cuál es el pronóstico para un perro con epilepsia?
El pronóstico de los perros con epilepsia varía en función de la causa subyacente de las crisis, su frecuencia y gravedad y la respuesta al tratamiento. Aunque la epilepsia no puede curarse, muchos perros pueden llevar una buena calidad de vida con un manejo adecuado de su situación.
En algunos casos, las crisis se controlan bien con medicación, y los perros pueden experimentar largos periodos de remisión. Sin embargo, en otros casos, las convulsiones pueden ser más difíciles de controlar, y los perros requerirán medicación y monitorización de por vida.
¿Qué efectos puede tener el uso de antiepilépticos en mi perro?
Como la epilepsia no tiene cura, el objetivo final del tratamiento con fármacos antiepilépticos (FAE) es mantener un estado libre de crisis, sin causar efectos secundarios inaceptables. Este equilibrio se consigue en el 15-30% de los perros.
El objetivo del tratamiento médico es, por tanto, mejorar la calidad de vida de su perro minimizando la frecuencia y la gravedad de los ataques.
Sin embargo, has de ser consciente de que, aunque los FAE pueden prolongar significativamente la esperanza de vida y mejorar la calidad de vida de tu perro, las investigaciones han descubierto que los perros afectados por epilepsia tienen una esperanza de vida más reducida. Esto puede deberse a diferentes motivos, como el mal control de las crisis, el coste, las formas de la enfermedad específicas de la raza y el impacto en la salud mental de los propietarios.
Terapia con fármacos antiepilépticos (FAE)
Si tu veterinario te recomienda iniciar un tratamiento con FAE, asegúrate de comprender perfectamente por qué es necesario seguir este tratamiento y cómo has de hacerlo.
Ante todo, deberían organizarse controles médicos periódicos, para poder vigilar los posibles efectos adversos de la epilepsia idiopática o de la medicación.
Una vez iniciado, el tratamiento con FAE se prolonga indefinidamente, en la mayoría de los casos durante el resto de la vida del perro, con controles sanitarios y análisis de sangre periódicos para garantizar la dosis correcta del fármaco, la eficacia del tratamiento y unos efectos secundarios mínimos relacionados con el tratamiento.
Es muy importante que seas constante y:
Administres la medicación a tu perro a la misma hora todos los días
Administres la dosis correcta de medicación
Continúes el tratamiento y no lo interrumpas sin consultarlo previamente con tu veterinario
¿Qué FAE le recetarán a mi perro?
Los factores que pueden influir en la decisión del veterinario pueden ser el tipo de crisis que sufre su perro, la frecuencia de las crisis y si tiene algún problema renal o hepático.
Los primeros medicamentos que el veterinario puede recetar legalmente para tratar la epilepsia de su perro en la UE son la imepitoína o el fenobarbital.
Si con los medicamentos de «primera línea» no se consigue la reducción deseada de las crisis, se puede optar por «añadir» bromuro potásico como segunda medicación.
Hay varios FAE utilizados para tratar la epilepsia en humanos que se están utilizando para tratar la epilepsia en perros. Sin embargo, estos medicamentos sólo pueden utilizarse si los tratamientos aprobados han fracasado.
¿Cómo sé si los fármacos funcionan?
En general, se considera que el tratamiento con fármacos antiepilépticos tiene éxito si la frecuencia de las crisis se reduce al menos a la mitad, aunque el objetivo debe ser la ausencia de crisis.
Para determinar si la medicación está funcionando, es necesario llevar un diario preciso de las crisis. A partir de él, puede realizar un seguimiento de los patrones de frecuencia y gravedad de las crisis de su perro para ver si se están produciendo mejoras.
¿Tienen estos fármacos efectos secundarios?
Sí, el perro puede experimentar efectos secundarios del tratamiento con FAE. Los efectos pueden aparecer poco después del inicio del tratamiento o al aumentar la dosis y, por lo general, desaparecen o disminuyen en las semanas siguientes, debido a que el organismo del perro desarrolla una tolerancia a estos fármacos.
Sin embargo, en algunos casos, estos efectos secundarios persisten y deben ser controlados, para garantizar que su gravedad no comprometa la calidad de vida de su perro. Los efectos secundarios varían con los distintos FAE, pero los más frecuentes son:
Somnolencia
Tambaleo
Aumento del apetito y la sed
Babeo
Vómitos
Diarrea
Debilidad de las patas traseras
Aumento de peso
Excitabilidad
Inquietud
Cambios de comportamiento
Si el perro deja de tener convulsiones o experimenta efectos secundarios potencialmente mortales, el veterinario puede recomendar que se interrumpa el tratamiento con FAE. No interrumpas nunca el tratamiento inmediatamente, ya que esto puede provocar convulsiones y estado epiléptico. Consulta a tu veterinario antes de cambiar la medicación.
¿Qué puedo hacer si mi perro tiene una crisis epiléptica?
Ante todo, es importante que mantengas la calma
La mayoría de las crisis son breves y los perros no suelen ser conscientes de ellas
No es probable que el perro sufra durante la convulsión, aunque esta parezca violenta
Asegúrate de que no se puede hacer daño, apartando los muebles
Bajo ninguna circunstancia pongas nada en la boca de tu perro, ni siquiera las manos
En caso necesario, tu veterinario puede recetarte medicación de emergencia para reducir la duración del episodio epiléptico
Observa la crisis de tu perro. La mayoría de las crisis duran solo uno o dos minutos, pero es importante que las cronometres. Anota también cuáles fueron los primeros signos, si afectó primero a un lado del cuerpo y el tipo de movimientos que muestra tu perro (movimientos de remo, sacudidas, masticación, mordisqueo). Todo esto supone una información muy útil para tu veterinario
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¿Hay razas de perros más propensas que otras a sufrir epilepsia?
Aunque la epilepsia puede afectar a perros de cualquier raza, algunas son más susceptibles a sufrir este trastorno:
Beagle
Border Collie
Boxer
Boyero de Berna
Caniche
Cocker Spaniel
Collie
Corgi de Pembroke
Fox Terrier de pelo duro
Golden Retriever
Husky Siberiano
Keeshond
Labrador Retriever
Lobero Irlandés
Pastor Alemán
Pastor Australiano
San Bernardo
Setter Irlandés
Springer Spaniel Inglés
Teckel
Conclusiones
La epilepsia es un trastorno neurológico caracterizado por convulsiones en los perros.
Las causas de la epilepsia no se conocen completamente, pero la genética, los factores ambientales y las condiciones de salud subyacentes pueden contribuir a su desarrollo.
Los síntomas más frecuentes incluyen temblores, espasmos, pérdida de conciencia y movimientos incontrolados.
Acude a tu veterinario para que examine a tu perro y pueda establecer un diagnóstico correcto, aplicando el tratamiento más adecuado para él.
Los fármacos antiepilépticos (FAE) son el tratamiento más común para la epilepsia en perros, y la elección de la medicación dependerá del historial médico del perro y de la gravedad de las convulsiones.
Es importante que el perro mantenga una dieta constante y controlada por tu veterinario.
La epilepsia no tiene cura, pero muchos perros pueden llevar una buena calidad de vida con un control adecuado de sus crisis.
Puedes ayudar a tu perro reduciendo las fuentes de estrés y ansiedad y evitando los desencadenantes de las convulsiones.
