Displasia de la válvula tricúspide en los perros: Qué enfermedad es, como tratarla

La displasia de la válvula tricúspide, o TVD (siglas de su nombre en inglés) es un defecto cardíaco que se produce cuando esa válvula, que controla el flujo sanguíneo entre la aurícula y el ventrículo derechos del corazón, no se desarrolla correctamente. Normalmente, la válvula tricúspide es una compuerta unidireccional que se cierra herméticamente para impedir que la sangre vuelva a la aurícula derecha. Sin embargo, cuando no se desarrolla bien, no se cierra correctamente y permite el reflujo de sangre.

Como consecuencia, el corazón tiene que esforzarse más para bombear la sangre, lo que puede provocar el engrosamiento y agrandamiento del músculo cardíaco. Si no se trata, puede provocar insuficiencia cardíaca y, en última instancia, ser mortal.

Aunque se trata de una enfermedad poco frecuente en los perros, es importante conocer los síntomas y acudir al veterinario si se detecta alguno de ellos, para que este profesional pueda hacer las pruebas pertinentes y establecer un diagnóstico y tratamiento adecuados.

En general, el pronóstico depende de la gravedad de la enfermedad, pero con el tratamiento y la gestión adecuados, muchos perros que la sufren llevan una vida feliz y saludable.

¿Qué es la displasia de la válvula tricúspide y cómo puede afectar a mi perro?

Para entender qué es la displasia de la válvula tricúspide, es importante comprender primero cómo funciona esta válvula, que es una de las cuatro que ayudan a regular el flujo sanguíneo a través de las cavidades del corazón.

En un corazón sano, la sangre fluye desde el cuerpo hasta la aurícula derecha. Desde allí, pasa a través de la válvula tricúspide al ventrículo derecho. La válvula tricúspide es una estructura en forma de aleta, que consta de tres valvas o cúspides.

Las valvas están unidas a un anillo de tejido fibroso denominado anillo. Cuando el ventrículo derecho se contrae, la válvula tricúspide se cierra para impedir que la sangre vuelva a la aurícula derecha. Esto permite bombear la sangre fuera del corazón y hacia los pulmones, donde se oxigena.

Sin embargo, si tu perro sufre displasia de la válvula tricúspide, esta válvula no se desarrolla normalmente durante el desarrollo fetal, dando lugar a diversas anomalías, como la forma, el tamaño y la unión anómala de la válvula al corazón.

En consecuencia, aparecen diversos problemas, como el reflujo de la sangre hacia la aurícula derecha y la reducción del flujo sanguíneo a los pulmones. Con el tiempo, esto puede provocar el agrandamiento de la aurícula y el ventrículo derechos, hipertensión pulmonar e insuficiencia cardíaca.

En los casos leves de displasia de la válvula tricúspide, la válvula puede seguir funcionando adecuadamente y es posible que tu perro no muestre ningún síntoma. En los casos más graves, la válvula es incapaz de regular eficazmente el flujo sanguíneo, lo que provoca síntomas como tos, dificultad para respirar e intolerancia al ejercicio.

Es importante señalar que la displasia de la válvula tricúspide es una enfermedad congénita, lo que significa que está presente desde el nacimiento. Aunque no tiene cura, un diagnóstico y tratamiento rápidos pueden ayudar a controlar la enfermedad y mejorar la calidad de vida del perro.

¿Cuáles son las causas más frecuentes de displasia de la válvula tricúspide en los perros?

  • Aunque la causa exacta de la displasia de la válvula tricúspide (TVD) en perros no se conoce del todo, las investigaciones sugieren que la genética desempeña un papel importante en el desarrollo de la TVD, y que algunas razas son más susceptibles que otras a sufrirla. Diversos estudios indican que la enfermedad puede heredarse con un patrón autosómico recesivo, lo que significa que se necesitan dos copias de una mutación genética específica para que se desarrolle la enfermedad. Sin embargo, aún se están estudiando los genes y mutaciones exactos implicados en esta displasia.
  • En algunos casos, los factores ambientales también pueden contribuir al desarrollo de la TVD. Entre ellos se incluyen la exposición a toxinas o agentes infecciosos durante el embarazo, la malnutrición materna y otros factores que pueden afectar al desarrollo fetal. Además, determinados medicamentos o tratamientos utilizados durante el embarazo también pueden aumentar el riesgo de defectos cardíacos congénitos, incluida la TVD.
  • Es importante señalar que, aunque la causa de la TVD no se conoce por completo, la identificación precoz de la enfermedad mediante reconocimientos veterinarios rutinarios puede ayudar a intervenir y aplicar un tratamiento adecuado, lo que puede mejorar las perspectivas a largo plazo de los perros afectados.

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de la displasia de la válvula tricúspide en los perros?

Si tu perro sufre una displasia de la válvula tricúspide, puede presentar varios síntomas, que varían en función de la gravedad de esta enfermedad. Mientras que los casos leves suelen transcurrir sin síntomas, los graves pueden provocar insuficiencia cardíaca y la muerte.

Algunos síntomas comunes de TVD en perros incluyen:

  • Disnea (dificultad para respirar). Como el corazón realiza un esfuerzo extra para bombear sangre de manera eficiente, los perros con TVD pueden tener problemas para recuperar el aliento, especialmente durante la actividad física o el esfuerzo.
  • Soplo cardíaco. Un soplo cardíaco es un sonido anormal que se escucha durante un examen veterinario y que puede indicar un flujo sanguíneo turbulento, causado por el mal funcionamiento de una válvula cardíaca, como la tricúspide.
  • Latidos cardíacos rápidos. Como el corazón se ve obligado a trabajar más para compensar el defecto de la válvula, los perros con TVD pueden presentar un ritmo cardíaco anormalmente rápido.
  • Tos. Los perros con TVD pueden experimentar una tos seca y persistente, debido a la acumulación de líquido en los pulmones que provoca la insuficiencia cardíaca.
  • Intolerancia al ejercicio. Debido a la reducción del flujo sanguíneo a los pulmones y otros órganos, los perros con TVD pueden cansarse más rápidamente durante el ejercicio y tener dificultades para mantener el ritmo de las actividades físicas normales.
  • Debilidad. Los perros con TVD pueden parecer letárgicos o débiles debido a la reducción del flujo sanguíneo y del aporte de oxígeno a los músculos
  • Desmayo o colapso. En casos graves, los perros con TVD pueden sufrir desmayos o colapsos, debido a la reducción del flujo sanguíneo al cerebro.
  • Distensión abdominal. A medida que el flujo sanguíneo se vuelve más restringido, el líquido puede acumularse en el abdomen, causando hinchazón y malestar a tu perro.
  • Encías azuladas (cianosis). La cianosis es una condición en la que la piel, las encías o las membranas mucosas aparecen de color azul o púrpura, lo que indica una falta de oxígeno en la sangre. Esto puede ocurrir en casos graves de TVD, especialmente cuando el lado derecho del corazón está luchando para bombear la sangre eficazmente.
  • Aumento del tamaño del hígado (hepatomegalia). En casos de insuficiencia cardiaca grave, el líquido puede acumularse en el abdomen y provocar un agrandamiento del hígado, que puede ser palpable durante un examen veterinario.

Es importante tener en cuenta que estos síntomas no son específicos de la displasia de la válvula tricúspide, por lo que, si tu perro lo presenta, es importante que acudas al veterinario para establecer el diagnóstico adecuado.

¿Cómo se diagnostica la displasia de la válvula tricúspide en los perros?

Si su perro presenta síntomas de displasia de la válvula tricúspide (TVD), el veterinario le realizará un examen físico. Durante este examen, el veterinario registrará el peso, la temperatura, la presión arterial y el pulso de tu perro. Es probable que palpe su abdomen, para comprobar si hay acumulación de líquido y evaluar el tono muscular. Además, el veterinario evaluará el estado de sus pulmones y auscultará su corazón, para detectar un posible soplo cardíaco.

Tras la exploración física, el veterinario puede recomendar otras pruebas diagnósticas para confirmar el diagnóstico de TVD. Algunas de estas pruebas incluyen:

Ecocardiograma

El ecocardiograma es una prueba no invasiva que utiliza ultrasonidos para obtener imágenes del corazón y permite al veterinario visualizar la válvula tricúspide y evaluar su funcionamiento. La prueba también puede proporcionar información sobre el tamaño de las cavidades cardíacas, el grosor de las paredes del corazón y la función general del corazón.

Se trata de la prueba más utilizada para diagnosticar la displasia de la válvula tricúspide (TVD) en perros. No requiere incisiones ni anestesia. Es una forma segura y eficaz de evaluar el corazón y determinar el alcance de la afección.

Endocardiograma

Un endocardiograma es un tipo especializado de ecocardiograma que permite evaluar más de cerca la válvula tricúspide y el flujo sanguíneo a través de ella, utilizando ondas de ultrasonido para producir imágenes del corazón desde el interior de las cavidades.

Para realizarlo, hay que insertar un tubo pequeño y flexible llamado endoscopio a través de una pequeña incisión en la piel del perro y guiarlo hasta la cámara del corazón donde se encuentra la válvula tricúspide. El endoscopio tiene una cámara y una sonda de ultrasonidos en el extremo, lo que permite al veterinario ver la válvula y las estructuras circundantes en detalle.

Esta prueba puede proporcionar información más precisa sobre el tamaño, la forma y la función de la válvula tricúspide, así como sobre cualquier anomalía o deformidad. Esta información puede ayudar al veterinario a determinar la gravedad de la TVD y a desarrollar un plan de tratamiento adecuado.

Aunque un endocardiograma es un procedimiento más invasivo que un ecocardiograma estándar, sigue considerándose una prueba segura y valiosa para evaluar la salud del corazón en los perros. Normalmente se realiza bajo anestesia general para garantizar que el perro permanezca quieto y cómodo durante el procedimiento.

Electrocardiograma

Un electrocardiograma es una prueba que mide la actividad eléctrica del corazón. Consiste en colocar pequeños electrodos en la piel del pecho, las patas y, a veces, las extremidades del perro. Estos electrodos detectan las señales eléctricas que genera el corazón al latir.

En el caso de la displasia de la válvula tricúspide, puede ayudar a detectar cualquier ritmo cardíaco anormal o anomalía de la conducción que pueda estar contribuyendo a la enfermedad. A menudo se utiliza junto con el ecocardiograma para proporcionar una evaluación más completa de la salud cardíaca del perro.

Se trata de una prueba sencilla y no invasiva que puede proporcionar información valiosa sobre la función cardíaca del perro y ayudar a diagnosticar y tratar las afecciones cardíacas.

Radiografía de tórax

Se trata de una prueba de imagen no invasiva que utiliza bajos niveles de radiación para crear imágenes de las estructuras internas del tórax, incluyendo el corazón, los pulmones y los tejidos circundantes.
En el caso de los perros con displasia de la válvula tricúspide, la radiografía de tórax puede ayudar a identificar cualquier acumulación de líquido en los pulmones o el abdomen, lo cual puede ser un signo de insuficiencia cardíaca.

La radiografía también puede proporcionar información sobre el tamaño, la forma y la posición del corazón, lo que ayudará al veterinario a determinar la gravedad de la afección y elaborar un plan de tratamiento adecuado. Además, permite descartar otras posibles causas de los síntomas del perro, como una enfermedad pulmonar o una infección respiratoria.

Se trata de un procedimiento rápido y sencillo, que no suele requerir sedación ni anestesia. El perro se coloca en una mesa o soporte mientras la máquina de rayos X toma imágenes desde distintos ángulos. A continuación, las imágenes son analizadas por un radiólogo veterinario o por el veterinario que solicitó la prueba para determinar cualquier anomalía.

Análisis de sangre

Los análisis de sangre pueden ser útiles para diagnosticar la TVD porque permiten evaluar la función de diversos órganos, como el hígado y los riñones, que pueden verse afectados por la insuficiencia cardíaca.
También pueden detectar desequilibrios electrolíticos, que pueden ser un signo de disfunción cardíaca. Además, los análisis de sangre ayudarán a tu veterinario a descartar otras posibles causas de los síntomas del perro.

El veterinario puede realizar un hemograma completo (CBC), que mide los niveles de diferentes células sanguíneas, y un panel químico, que mide diferentes sustancias químicas en la sangre, incluidas las enzimas hepáticas y los electrolitos.

Cómo se trata la displasia de la válvula tricúspide en los perros

El tratamiento de la TVD en perros varía en función de la gravedad de la enfermedad.

Los casos leves pueden no requerir ningún tratamiento, pero es necesaria una estrecha vigilancia. Por el contrario, los casos graves pueden requerir cirugía o medicación de por vida.

Si a tu perro se le diagnostica displasia de la válvula tricúspide, existen varias opciones de tratamiento, diseñadas para mejorar la calidad de vida del perro y ayudar a controlar sus síntomas.

  • Uno de los primeros pasos en el tratamiento es la gestión de la acumulación de líquido, que a menudo se observa en perros con TVD. Si el perro tiene una gran cantidad de líquido en el abdomen, el veterinario puede realizar una abdominocentesis para extraerlo. Además, los perros con TVD deberán seguir una dieta baja en sal y es posible que se les ajuste la dieta para fomentar la pérdida de peso si tienen sobrepeso. Debe evitarse el esfuerzo extremo y puede permitirse el ejercicio moderado.
  • También pueden sugerirse suplementos y vitaminas, como vitamina E, coenzima CoQ10 y Omega 3, que pueden ayudar a mejorar la función cardíaca. Tu veterinario también puede prescribir medicamentos como digoxina, furosemida y un inhibidor de la enzima angiotensina para ayudar a controlar los síntomas y mejorar la función cardíaca.
  • Algunos tratamientos comunes para la TVD en perros incluyen diuréticos, que pueden ayudar a reducir la acumulación de líquido en los pulmones o el abdomen. Los vasodilatadores pueden ayudar a dilatar los vasos sanguíneos y mejorar el flujo sanguíneo, mientras que los betabloqueantes pueden ayudar a ralentizar el ritmo cardíaco y reducir la carga de trabajo del corazón.
  • En casos graves de TVD, es posible que el perro no responda al tratamiento inicial, por lo que tendrá que ser atendido por un especialista en cardiología veterinaria. En este caso, es posible que el veterinario recomiende una intervención quirúrgica para reparar o sustituir la válvula tricúspide. Sin embargo, se trata de una cirugía de alto riesgo y no es una opción factible para todos los perros.

En última instancia, el plan de tratamiento dependerá de la gravedad de la afección del perro y de su estado de salud general.

¿Se puede prevenir la displasia de la válvula tricúspide de los perros?

Lamentablemente, dado que se trata de un defecto cardíaco congénito, la displasia de la válvula tricúspide no puede prevenirse.

Sin embargo, unas prácticas de cría responsables pueden ayudar a reducir la incidencia de la TVD en determinadas razas de perros. Los perros reproductores deben someterse a pruebas de detección de la enfermedad, utilizando para la cría los que estén libres de ella. Esto puede ayudar a reducir la probabilidad de transmitir el gen de la TVD a la descendencia.

Además, proporcionar una dieta sana y ejercicio regular al perro puede ayudar a promover la salud cardiovascular general y reducir el riesgo de cardiopatías.

Las revisiones veterinarias periódicas también pueden ayudar a detectar precozmente cualquier anomalía cardíaca, lo que, sin duda, conducirá a un tratamiento y una gestión más eficaces de la enfermedad.

¿Qué razas de perro son más susceptibles de sufrir displasia de la válvula tricúspide?

Aunque la displasia de la válvula tricúspide puede afectar a perros de todas las razas, existe una predisposición genética que hace que unas sean más susceptibles de padecerla que otras. Entre estas razas, se incluyen:

  • Boxer
  • Boyero de Berna
  • Braco de Weimar o Weimaraner
  • Golden Retriever
  • Gran Danés
  • Labrador Retriever
  • Pastor Alemán
  • Retriever de Chesapeake
  • Setter Irlandés
  • Springel Spaniel Inglés

¿Te ha resultado útil este artículo?

Lamentamos que no te guste el artículo

¡Ayudanos a mejorar este artículo!

Cuéntanos como mejorar el artículo

Leave a Comment

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

logo