Cómo hacer que un cachorro no muerda es una preocupación bastante habitual cuando uno de estos pequeños llega a casa. Los cachorros son unos auténticos supervivientes que están aprendiendo a explorar el mundo y para ello, tienden a morder todo lo que encuentran. Si se lo permites, puede acabar convirtiéndose en una mala conducta e incluso traer problemas de agresividad o generar situaciones peligrosas.
Existen diversos motivos por los que un cachorro puede convertir las mordidas en un mal hábito y debemos conocerlos para solucionar el problema antes de que se convierta en una conducta difícil de eliminar.
Puedes consultar nuestra guía de juguetes para acostumbrar a tu cachorro a estar en casa.
Tabla de contenidos
Todos los cachorros muerden
Lo primero que debes saber es que todos los cachorros muerden y esto en principio no es nada conflictivo. Se trata de una manera de explorar el mundo y además están en el período en que les salen los dientes, con las consecuentes molestias, y necesitan desarrollar y fortalecer sus encías.
El problema surge cuando no les enseñamos a diferenciar qué pueden morder y qué no. Cuando un cachorro pasa sus dos primeros meses con su madre, ésta le enseña a controlar su boca y la fuerza de la mordida. Si muerde fuerte sus mamas, se levantará y le dejará sin comer. Si muerde fuerte a sus hermanos, éstos se alejarán y aprenderá progresivamente a controlar la mordida. Si molesta a su madre o hermanos con sus mordiscos, éstos le gruñirán o aullarán para enseñarle que no debe hacerlo, y su madre puede cogerle del cuello y alejarlo.
Al llegar a tu casa, eres tú quién debe enseñarle a controlar sus mordiscos. Proporciónale un juguete adecuado para él que pueda morder. Cuando muerda algo inadecuado, frena su actitud y dale a cambio el juguete. Puedes emplear los mismos métodos que usaría su madre, ya que los comprenderá instintivamente.
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Establece cortas rutinas de juego de agarre y suelta y control de la presión de la mordida para que aprenda tanto a controlar su fuerza, como a soltar objetos inadecuados y morder solamente sus juguetes.
Generalmente, las mordidas de un cachorro no son señal de agresividad. Entre ellos, utilizan los mordiscos como forma de interacción y aprenden a controlar la fuerza por la reacción de los demás. Es importante que pasen los dos primeros meses con su madre, porque en ese tiempo aprenden a inhibir la mordida. De otra manera, deberás ser tú quién le enseñe a hacerlo.
La mejor manera para lograrlo, es participar en el juego como un cachorro más. Permítele que te muerda la mano y cuando consideres que aprieta demasiado, lanza un par de “ay” o aullidos cortos y retira tu mano, parando el juego. Tras una pausa, vuelve a jugar. Cuando tu cachorro aprenda a frenar, prémiale con caricias y cariño.
Si esto no funciona, tras emitir un aullido y retirar tu mano, levántate y sal unos segundos de la habitación. A continuación, regresa y continúa el juego. Aprenderá que si aprieta demasiado, el juego se acaba y poco a poco controlará su mordida.
Cuando aprenda a morder y soltar, proporciónale un juguete que sí pueda morder, para que aprenda que cuando necesite ejercitar su mandíbula, debe ser ese juguete y no otra cosa lo que debe utilizar.
No le grites ni le golpees. Interpretará los gritos como ladridos de ansiedad y puede pensar que estás feliz jugando y continuar mordiendo. O puede cogerte miedo y actuar de forma defensiva.
Cuándo la mordida del cachorro pasa a ser un problema conductual
Si durante el juego el cachorro gruñe o enseña los dientes mostrando tensión en su cara, esa actitud ya no es parte de un juego y puede acabar convirtiéndose en un problema. Intenta calmar a tu cachorro, y si se pone agresivo, cógele por el cuello y levántalo, llevándolo a otro lugar. Si tu perro es algo mayor, ponlo panza arriba y sujétalo por la boca sin hacerle daño, hasta que saque la lengua y se lama el hocico en señal de calma. Puede ser buena idea tener un buen libro de adiestramiento de perros, pero si finalmente no logras frenar la agresividad, acude a un adiestrador canino para que te ayude a solucionar el problema.
No muevas tus manos o pies delante de su cara, porque lo interpretará como un juego y se tirará a morderlos.
Si te muerde los pies, no los levantes, ya que se lanzará a por ellos. Es mejor que le digas “NO”, frenes la mordida y los dejes quietos, para que no sean una presa interesante. Hay perros, como el Border Collie, que tienden a morder los tobillos porque es parte de su instinto de pastoreo. Deberás enseñarle a no hacerlo con los tuyos.
Adiestra a tu cachorro con paciencia y cariño y no dejes nunca de enseñarle para mantener las pautas de conducta adecuadas.
¿TIENES UN CACHORRO O PERRO QUE ADIESTRAR?
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- Ideal para cachorros
- Superficie de secado rápido con sustancia atrayente incorporada
- También para perros más viejos
- La alternativa a la calle para los perros de interior
- Para perros pequeños, medianos y grandes
Las enfermedades o dolencias internas también pueden desencadenar la agresividad de tu cachorro. Consulta a tu veterinario para descartar estos problemas o realizar el tratamiento adecuado.
Conclusiones
- Los cachorros muerden todo lo que encuentran. Es su manera de interactuar y explorar el mundo.
- En sus dos primeros meses de vida, su madre les enseña a controlar la mordida.
- Los dos primeros meses de vida debería pasarlos con su madre. De no ser así, deberás ser tú quién le enseñe a socializar y controlar sus mandíbulas.
- Emplea los mismos métodos que emplean su madre y hermanos, ya que comprenderá las señales de manera instintiva.
- No le riñas ni castigues y actúa con paciencia, cariño y refuerzos positivos.
- Si la mordida se convierte en un problema conductual, frénala y establece tu liderazgo.
- En caso de no saber cómo hacerlo, acude a un adiestrador profesional.
- Las enfermedades pueden generar conductas agresivas. Acude a tu veterinario.
- El juego y el establecimiento de rutinas diarias y rituales que definan la jerarquía son muy adecuados para controlar las mordidas y el comportamiento de tu perro.
- Controla su conducta y no permitas nunca que tu perro establezca su dominancia sobre ti.
- Ataja los problemas conductuales cuánto antes ya que si no, te será difícil reconducir su comportamiento.
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